domingo, 6 de enero de 2008

Viajar a Helsinki: el encanto del día y la noche

La capital de Finlandia atrae a numerosos turistas cada año. La magia de sus días eternos de sol, de su paisaje y sus costumbres envuelven una ciudad llena de historia y cultura. Los lagos, el mar y las playas le dan a la ciudad un aire de ensueño que resulta difícil de olvidar para el que viaja hasta allí.

Helsinki fue fundada en 1550 por el rey Gustav Vasa de Suecia y desde 1918 es la capital de la República de Finlandia. Con más de medio millón de habitantes ha sido el centro de numerosos encuentros políticos internacionales. En 1975 tuvo lugar la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, así como la cumbre Estados Unidos-URSS, en 1990. Cinco años más tarde, Finlandia se convertiría en país miembro de la Unión Europea, ocupando la presidencia de la UE en 1999 y convirtiéndose el pasado año la ciudad de Helsinki, en la Capital Cultural Europea.
La capital es uno de los lugares más turísticos del país. Dependiendo en qué estación del año se viaja aquí, el viaje puede cambiar totalmente. En verano las temperaturas son muy suaves oscilando entre los 20 y 25 grados centígrados y se pueden visitar las playas de la ciudad, que junto con los acantilados, ofrecen un paisaje maravilloso. Si por algo atrae el viajar a esta zona durante el verano es principalmente por el fenómeno del Sol de Medianoche. Las noches durante esta época son muy luminosas, no oscurece prácticamente en todo el día, es lo que se conoce como "las noches de sol".

Pero para los amantes del frío y la nieve, el invierno, sin duda, es el mejor momento para ir a Helsinki. Allí las primeras nieves caen en Laponia en octubre y entonces viene la llamada "época de penumbra", (Kaamos) que se prolonga desde mediados de noviembre hasta mediados de enero. Los días pasan sin apenas horas de sol, justo al contrario que en verano y la nieve le da al paisaje un aspecto impresionante. Llegada la época de la Navidad, Finlandia se convierte en una fiesta y velas y antorchas adornan las casas dando un aire muy acogedor al entorno. Es en esta época del año incluso se puede llegar a contemplar la Aurora Boreal, uno de los fenómenos más bellos de la naturaleza.

La ciudad ofrece numerosos atractivos para el viajero que llega allí por primera vez. La arquitectura presenta el toque moderno del arquitecto finés más conocido a nivel mundial, Alvar Aalto, autor de numerosos edificios de la ciudad, como el edificio de la Seguridad Social o la Librería Académica.

Numerosos son los museos que se pueden visitar. La isla de Seurasaari es un museo al aire libre en el que el visitante realiza un viaje de dos siglos atrás volviendo al aspecto de la Finlandia rural. Para conocer bien la historia de este país, el viajero puede acudir también al Museo Nacional. El edifico del museo se encuentra en medio de la ciudad y tiene un aire de la arquitectura romántica nacional. El museo contiene colecciones arqueológicas e históricas, con piezas de muebles, plata, joyas o cristal de otras épocas de la historia.

El Museo de la Ciudad (Helsinki City Museum) muestra también numerosos rasgos de la cultura e historia del país, donde incluso se proyectan cortometrajes sobre la ciudad.

El país de los mil lagos
En la Helsinki también se pueden visitar numerosas iglesias. En un país con mayoría perteneciente a la religión luterana, y tan sólo un 1% de la población practicante de la religión ortodoxa, se pueden visitar las Catedrales ortodoxa y la luterana, esta última situada en la plaza del Senado, templo construido en el Siglo XIX. Además de la catedral, numerosas iglesias inundan las calles de Helsinki, como la Iglesia de Temppeliaukio, excavada en una roca.

El Estadio Olímpico es un símbolo muy característico de la ciudad. Concluido tras la II Guerra Mundial, se celebraron las olimpiadas en 1952.

El que viaja a Helsinki no puede dejar de visitar los lagos, elemento que más caracteriza al país, conocido incluso como "el país de los mil lagos". Desde Helsinki se puede iniciar una excursión de dos a cuatro días de duración a la zona centro de los lagos, visitando lugares como la ciudad de Tampere, antigua ciudad industrial, o la zona de bellos paisajes campesinos como Petäjävesi, donde se encuentra una Iglesia de madera declarada por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.

Comida típica y cultura
Las influencias de la cocina finlandesa vienen tanto de la cocina francesa, como de la rusa. Los platos de pescado, son sin duda uno de los puntales de la comida de allí, el arenque del Báltico a la marinera o en salsa de mostaza, o el salmón fresco, son los platos más característicos.

Las sopas y las verduras también son habituales, así como las carnes en salsa, especialmente la carne de reno, que es preparada de diversas formas y resulta muy sabrosa. Visitando los mercados al aire libre se pueden comprar productos típicos de allí como el salmón, las salchichas o el chocolate.

Por último, una nota cultural la constituye el festival de música que se celebra en Helsinki de finales de agosto a septiembre. La cita cultural anual más relevante en la ciudad va acompañada también de espectáculos de danza, teatro y cine. Cada año este festival cultural atrae a numerosos visitantes a la capital del país.

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