lunes, 7 de enero de 2008

Viajar a Bangkok

Bangkok es la capital de Tailandia en todos los sentidos. Aquí reside la Familia Real, se asienta el Gobierno y la Administración, y es el mayor centro de actividades industriales, comerciales y financieras del país. Es el puerto principal del reino y alberga a la décima parte de su población. Bangkok es también la puerta principal del país y la atracción más importante para el turismo.

Al jugar un papel tan importante, es lógico que Bangkok cargue sobre sus espaldas el peso del rápido crecimiento económico actual. Por este motivo puede parecer una ciudad caótica y desconcertante. Su silueta está formada por elevados edificios de oficinas, apartamentos, hoteles de lujo, grandes almacenes y centros comerciales, mientras las calles bullen de actividad. También aquí hay templos exóticos y otros monumentos maravillosos, y el verdadero carácter de lo que es una ciudad oriental de leyenda se pone de manifiesto en su propio nombre, Krung Thep, que significa "Ciudad de los Ángeles" y es el primero de una larga lista de títulos con los que se la ha denominado, tantos, que figura en el libro Guinness de los Récords como el lugar que tiene el mayor número de apelativos del mundo. Pero para los thais, Bangkok siempre ha sido Krung Thep, el corazón espiritual, simbólico y físico de la nación.
Asentada sobre el Chao Phraya, el Río de los Reyes, Bangkok se extiende sobre una llanura de aluvión. En sus comienzos fue una pequeña estafeta de correos ribereña, pero en 1782 el rey Rama I la convirtió en capital. En los dos siglos siguientes se desarrollo tanto que se convirtió en lo que es hoy: una cuidad que conserva su antigua gloria, pero con el dinamismo moderno. El éxito de la mezcla entre lo antiguo y lo nuevo expresa el respeto duradero que los tailandeses sienten por la tradición y su exuberante compromiso con el progreso.

La influencia del pasado y las duraderas fibras del tejido social no se reflejan sólo en lo estático. Tienen su continuación en la vida diaria, a la que impregnan. Por ejemplo, una hilera de monjes vestidos con túnicas azafranadas paseando a primeras horas de la mañana y pidiendo limosna constituye una imagen cuya esencia no ha alterado el paso del tiempo. El telón de fondo de los altos edificios actuales sirve únicamente para realzar lo exótico e intemporal de la escena, y la ciudad gana en definición. Hay muchas cosas que descubrir, y a los monumentos más famosos de la capital hay que añadir una larga lista de lugares menos conocidos que guardan un gran interés.

El templo del Buda Esmeralda, en cuyo recinto está el Palacio Nacional, ocupa el primer lugar de la lista, aunque no hay que olvidar que en Bangkok hay más de 400 templos, cada uno de los cuales posee su propia fascinación. Wat Rajabopit, por ejemplo, destaca por su estilo y decoración insólitos, mientras que Wat Suwannaram contiene pinturas murales exquisitas. Algo parecido ocurre con los museos. El Museo Nacional es tan excelente como extenso, y tan impresionante como lo son en su propio estilo la casa de Jim Thompson, el palacio de Vimanmek y el Wang Suan Phakkard, todos los cuales albergan colecciones de arte en un marco privilegiado. Cruzar el río Chao Phraya y los canales que quedan de aquellos que hicieron de Bangkok la Venecia del Este, permite echar un vistazo a las tradicionales formas de vida ribereñas y entrar en la historia y el carácter de esta ciudad maravillosa.

Gastronomía tailandesa, las modernas delicias
En la misma medida en que el thai respeta la tradición, también hay gente divertida a la que le gusta disfrutar de los placeres de la vida. Y lo más importante en la búsqueda del sanuk es pasarlo bien y es la buena comida. La cocina thai, rica en especias, es una auténtica delicia para los gourmets, ya que combina una gran variedad de platos para describir y saborear. El marisco es una especialidad nacional, y el pescado, los cangrejos, la langosta o las gambas están para ser degustados, sazonados con especias al estilo thai o según recetas occidentales.

También hay restaurantes exclusivos para cenar al estilo europeo, en un marco clásico. Elija lo que prefiera, porque Bangkok mima el paladar de todo el mundo con una selección de estilos que abarca cada una de las cocinas nacionales merecedoras de ese nombre. Armonizar la variedad de menús es lo que se lleva en los lugares donde la gente se da cita para cenar. Desde la simple, pero sabrosa, comida kerbside hasta los restaurantes elegantes y caros y los cruceros sobre el río, pasando por toda la gama de cenas posibles, siempre hay algo para satisfacer todos los paladares.

Bangkok un mundo lleno de misterio y diversión
Después de cenar la noche en Bangkok ofrece un cúmulo de atracciones excitantes. Desde la danza tradicional thai a los bares de copas o las discotecas con lo más nuevo en sonido y luminotecnia. Algo exclusivo de Tailandia es el deporte tradicional del kick boxing, una forma de boxeo especialmente emocionante en la que, además de los puños, protegidos por guantes, se utilizan los pies, rodillas y codos. Los combates tienen lugar casi todas las noches en uno de los estadios de boxeo de Bangkok. Es el espectáculo deportivo más popular del país y no hay que perdérselo. Junto a las diversiones tradicionales thai, la oferta cultural de Bangkok incluye cada vez más acontecimientos de carácter clásico.

Obras de teatro, conciertos y ballets se suceden periódicamente en los mejores teatros, como en el Centro Cultural de Tailandia, pero también en estadios, hoteles importantes y centros culturales extranjeros. Aquí han actuado desde el Ballet Bolshoi a estrellas como Michael Jackson, y desde las mejores comedias del West End o los musicales de Broadway a la ópera y la música de cámara.

Tesoros orientales
Desde que comenzó su despegue económico, Bangkok se ha convertido en uno de los centros comerciales más populares del sudeste asiático, con un montón de grandes almacenes, plazas elegantes y tiendas exclusivas. Quizá sea la seda thai, trabajada a mano, el producto de calidad más conocido del país, tanto si se obtiene por metros, confeccionada por un sastre o en la enorme variedad de accesorios y objetos decorativos, es una buena compra. Tan deslumbrantes como la seda son las piedras preciosas y las joyas.

Bangkok tiene fama de ser uno de los centros mundiales de piedras preciosas y el comprador puede escoger aquí entre la piedra tallada, la joya acabada o los objetos únicos de encargo. Otras compras de primera calidad son los trajes a medida, la ropa y complementos de cuero, las antigüedades thai, birmanas o jemer (algunas necesitan permiso de exportación) y una gran variedad de objetos de artesanía. Estas son las compras serias, pero los compradores no veteranos también pueden disfrutar en cualquiera de los numerosos mercados de Bangkok. El asombroso despliegue de frutas, verduras y flores de Tailandia puede admirarse en los lugares donde se venden productos frescos, como el mercado de Samyan en la calle Phaya Thai, la organización comercial del Mercado de Granjeros, cerca del parque Chatuchak, o el Pak Khlong Talat.

Por otra parte, el Mercado de Fin de Semana está lleno de tenderetes donde se puede comprar desde plantas en macetas hasta animales de compañía y camisetas. Como alternativa, por la noche crecen como hongos los puestos callejeros en torno a Silom Road y otras calles importantes para ofrecer un montón de oportunidades.

Los ricos y variados alrededores
Sin necesidad de viajar más de dos o tres horas desde Bangkok, hay muchas posibilidades de excursiones inolvidables, muy distintas entre ellas y totalmente diferentes de lo que ofrece la capital. Al oeste de Bangkok está Kanchanaburi, el lugar donde se levantó el tristemente célebre Puente sobre el Río Kwai, construido por prisioneros aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

El entorno es de una belleza natural incomparable, definido por montañas de perfil aserrado y cubiertas de vegetación y los boscosos valles encantados de los ríos Kwai Noi y Kwai Yai. Cosas que no se puede dejar de ver en el camino a Kanchanaburi son el famoso Mercado Flotante y el Phra Pathom Chedi, el monumento budista más alto del mundo. En el trayecto también se halla el Jardín de la Rosa, un lugar de vacaciones y centro cultural que proporciona una buena introducción a la vida tradicional thai. Al norte de Bangkok se extienden las Llanuras Centrales, una inmensa y fértil área convertida en un mosaico de prados verde esmeralda en donde crece el arroz.

En el corazón de la región, a unos 80 Km. de Bangkok, está Ayutthaya. Fue la capital thai durante 400 años hasta su destrucción en 1767, y las ruinas de numerosos templos que se ven hoy son un atisbo incomparable de lo que fue en otro tiempo la ciudad más grande y espléndida de todo el Oriente. Más al norte de Ayutthaya está Lop Buri. La ciudad actual es normal, pero en sus alrededores hay ruinas muy interesantes del período pre-thai jemer y del siglo XVII, cuando el rey Narai estableció aquí su corte. Históricamente, Lop Buri es una de las ciudades más seductoras de Tailandia.

Una atracción muy popular y familiar es la granja de cocodrilos que está a 30 Km. al sudoeste de Bangkok. En ella hay 30.000 reptiles, y está considerada como la mayor del mundo. Para los que prefieren quedarse en la playa sin hacer nada, hay diferentes estilos y lugares de vacaciones sin alejarse demasiado de Bangkok. A sólo dos horas de coche al sur de la capital está Pattaya, en el Golfo de Tailandia. Es un lugar colorido y vibrante con una gama si paralelo de deportes acuáticos, a los que se une una enorme variedad de diversiones en tierra que impiden al visitante tener un solo momento aburrido, ni de noche ni de día.

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