lunes, 7 de enero de 2008

Viajar a El Gran Cañón del Colorado, una enorme garganta en la Tierra

El Gran Cañón del Colorado se caracteriza por ser una de las zonas más áridas del planeta y también una de las más espectaculares gracias a la erosión. Esta profunda garganta producida en la Tierra y situada en el Estado de Arizona fue declarada en el año 1979 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, llamándose desde entonces Parque Nacional del Gran Cañón.

Los barrancos de Río Colorado se han visto sometidos desde el comienzo de los tiempos a la acción implacable del agua y el viento, que de forma caprichosa han configurado un paisaje espectacular de grandes cañones de paredes escalonadas.
La fauna del lugar está dominada por águilas, halcones, serpientes, ratas, ardillas y gatos, entre otros animales. Además, las tormentas de verano provocan cascadas entre las rojizas laderas de los cañones que cubren de agua la base del Cañón y propician la vida de extraños anfibios y otras criaturas acuáticas.

La contaminación
El Cañón del Colorado se ha convertido en un importante centro turístico y, al mismo tiempo, en un importante enclave para empresas que por su gran tamaño no pueden instalarse cerca de las ciudades. Esto ha hecho aumentar considerablemente la contaminación en este paraje que hasta hace unos años podía considerarse virgen.

Para conservar esta maravilla de la naturaleza, el gobierno de EEUU decidió comenzar un programa contra de la contaminación en la zona. Uno de los mayores logros de este plan fue la reducción, en 1991, de las emisiones de gas que provocaba una enorme central eléctrica instalada en la zona. Después de dos décadas de disputas y negociaciones, los dueños de una gigantesca central eléctrica de carbón de Arizona llegaron a un acuerdo con grupos ecologistas sobre un plan destinado a reducir la contaminación en el Gran Cañón del Colorado. Y es que la polución había llegado a tal punto que con frecuencia, sobre todo en invierno, los visitantes que estaban en uno de los bordes de la joya natural del Oeste norteamericano, en el estado de Arizona, apenas podían ver la otra ladera. Gracias a este plan, los dueños de la gigantesca planta gastaron unos 430 millones de dólares en equipar la central con sistemas que evitaran la contaminación, con lo que se logró reducir en un 90 por ciento de las emisiones de dióxido sulfúrico.

El Gran Cañón del Colorado es una joya que ha sido tallada a lo largo de muchos millones de años. Por ello, no es de extrañar que el gobierno norteamericano se esmere al máximo en su mantenimiento. Y tampoco es de extrañar que año tras años miles de visitantes acudan a ver este maravilloso paisaje.

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