miércoles, 9 de enero de 2008

Viajar a Tembleque: la plaza mayor que da vida a un pueblo

Esta típica villa manchega se estructura alrededor de un foro inigualable y único por su belleza: la plaza mayor, que se ha convertido en símbolo de esta población y que rige la vida cotidiana de sus habitantes.


Con algo más de 2.000 habitantes, la población de Tembleque está situada en el kilómetro 93 de la carretera nacional IV Madrid-Cádiz, a tan sólo a 55 kilómetros de la capital de la provincia, lo que le garantiza unas excelentes comunicaciones con los puntos estratégicos a nivel administrativo, sanitario o comercial.
Sus límites la unen, por el norte, con el término municipal de La Guardia, por el este, con El Romeral y Villacañas, por el sur, con Madridejos y Turleque, y por el oeste, con Mora y Villanueva de Bogas. Sus paisajes se llenan de olivos, de vides y de diversos cultivos de cereal y, entre su fauna, destacan las liebres, los conejos y las perdices.

La plaza mayor
Su plaza mayor fue inaugurada en 1653, aunque parece que su origen podría remontarse a la cultura romana. Sin embargo, fue con los Reyes Católicos cuando se institucionalizaron, al mandar construir en todas ellas un edificio destinado a albergar la casa consistorial.

La concepción de su estructura responde a una doble función: urbanística (espectáculos teatrales, mercado o celebraciones religiosas) y plaza de toros. La plaza, que fue declarada de interés histórico-artístico en el año 1973, tiene una planta cuadrangular, tres de cuyos lados (las fachadas norte, sur y este) están formados por soportales sustentados por sencillas columnas de granito en la planta baja, sobre las que se alzan dos plantas de corredores realizadas en estructura de madera.

Su decoración es austera, limitándose al torneado de los balaustres y a unos sencillos adornos, en forma de tallos vegetales, que enmarcan una cruz de malta, recuerdo del paso de los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, aquellos que heredaron las propiedades de los legendarios templarios.

La plaza está unida por un pasillo al otro centro neurálgico de la población: la plaza de la Orden y, alrededor de ambas, se encuentran los principales edificios de esta típica villa manchega.

Principales edificios de Tembleque
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción data del siglo XVI, aunque fue ampliada en el XVIII. Su estilo es de transición del gótico al renacimiento y tiene planta de cruz latina con cabecero poligonal. Posee una sola nave y una bóveda de crucería de estilo gótico.

Entre las muchas casas señoriales que se alzan en esta villa, hay que destacar la Casa de las Torres, un edificio barroco del XVIII declarado de interés histórico-artístico desde 1979.

Asimismo, diversas ermitas del XVII, son visita obligada en un paseo por esta bella localidad toledana. Entre ellas destacan, por ejemplo, la del Cristo de la Palma (o del Cristo del Valle), la ermita de la Virgen de Loreto, la de San Antón o la de la Purísima Concepción.

Artesanía y gastronomía
Algunos de los platos más típicos de Tembleque son el cordero recental, la sopa cana, el revuelto, los sequillos, las gachas, el caldillo de patatas y las migas. A esto hay que añadir otros platos, típicos de la región, como la perdiz estofada o en escabeche, las truchas, las judías con perdiz, el conejo, el cuchifrito, el pisto manchego...

La tradición artesana toledana se expresa especialmente en los trabajos de forja, los muebles, la vidriería y los textiles.

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