miércoles, 9 de enero de 2008

Teruel, la ciudad de los amantes

Ciudad del amor, capital del mudéjar y declarado por la UNESCO, patrimonio de la humanidad desde 1986.

Fundada en 1171, su posición geoestratégica la ha abocado a años de lucha, primero contra el enemigo andalusí y contra el reino de Castilla, y por último, y todavía en el recuerdo, la Guerra Civil que dejó mermada gran parte de su obra arquitectónica.
Si plato de buen gusto es su famoso jamón de Teruel no lo es menos su atractivo conjunto histórico-artístico.

Qué ver en Teruel
Las cuatro torres mudéjares del centro histórico marcan la altura de la ciudad, torre de San Pedro, torre de la Catedral, torre de San Martín y torre del Salvador. En la sala del Alarife de la torre del Salvador se proyecta un audiovisual sobre el proceso constructivo de la misma, así como sobre el contexto histórico que abarca la arquitectura mudéjar.

En la iglesia de San Pedro se encuentra el sarcófago que cobija los restos de Isabel y Diego, los amantes de Teruel. El mausoleo de Juan de Ávalos es la imagen más representativa y conocida de los dos eternos enamorados. La ciudad de Teruel está vinculada a su historia-leyenda medieval, que transcurridos ocho siglos sigue estando vigente como una de las más bellas páginas de amor escritas en el mundo.

El centro neurálgico de la ciudad es la plaza del Torico, desde allí parten las travesías a la Catedral -construida en 1587-, al Ayuntamiento y al aljibe medieval. Desde el paseo del Óvalo se contempla la escalinata de estilo neomudéjar, y también el viaducto de José Torán.

Por último, los restos de la antigua muralla con portales y torreones todavía conservados y los museos, museo Provincial, museo Diocesano y Dinópolis, todas ellas paradas obligatorias.

Calendario festivo
Las celebraciones turolenses comienzan en el mes de enero con las hogueras en honor de San Antón y San Sebastián. En febrero se sitúa la fiesta de las Bodas de Isabel de Segura, en la que propios y extraños vuelven al Teruel del medievo con la recreación de la conocida historia de los amantes. El toque multitudinario de tambores y bombos de la Semana Santa de Teruel es apreciado en toda España. La Vaquilla del Ángel, en julio, sigue siendo el símbolo de la fiesta turolense, que comienza con la puesta del "pañuelico" ante miles de vaquilleros enfervorizados.

Además, Teruel es una de las capitales mundiales del jamón y fe de ello es su denominación de origen y la feria del jamón que se celebra cada mes de septiembre.

Historia de los amantes
La historia de los amantes procede de una antigua tradición, posteriormente documentada. En los primeros años del siglo XIII viven en la ciudad Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convierte pronto en amor. Rechazado por la familia, al carecer de bienes de fortuna por segundón, el pretendiente consigue un plazo de cinco años para enriquecerse. Parte a la guerra y regresa a Teruel cuando expira el plazo. Isabel ya está esposada con un hermano del señor de Albarracín. Consigue Juan Diego entrevistarse con ella en su casa y le pide un beso. Se lo niega Isabel y el joven muere de dolor. Al día siguiente se celebran los funerales en San Pedro. Se acerca al féretro una mujer enlutada: es Isabel que quiere dar al difunto el beso que le negó en vida. Lo hace y repentinamente muere junto a él.

En 1555 se descubrieron las momias enterradas en la capilla de San Cosme y San Damián. Según el testimonio posterior del notario Yagüe de Salas apareció un documento antiguo que recogía el suceso.

Juan de Ávalos esculpió las estatuas yacentes bajo las que reposan ahora las momias. La fría serenidad de los amantes, cuyas manos no llegan a juntarse es símbolo de un amor que desborda los conceptos humanos.

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