lunes, 7 de enero de 2008

Viaje al norte de la India

Estás ante el país del Ganges, de los magníficos trenes coloniales, de las máquinas de vapor, de una cultura de cinco mil años, del Taj Mahal, donde aún se pude observar el rastro que los británicos dejaron en las casas coloniales, y si prefieres algo mucho más deportivo el Himalaya te espera silencioso para que lo recorras o lo escales. No lo pienses más y disfruta del país de la luz, el color, las sensaciones y vive inmersa en la cultura hindú.

Antigüedad y modernidad
Podemos comenzar la aventura en el norte por Delhi. Esta ciudad es una elegante capital que entremezcla, en realidad, dos ciudades distintas. La fuerza y el color contrastan con el esplendor de Nueva Delhi que, con sus amplios bulevares, ofrece perspectivas cambiantes de la ciudad-jardín que creara Lutyens. En Delhi puedes encontrar muchos hoteles de lujo de nivel internacional, con confort y calidad para garantizar un buen descanso. Se puede salir a disfrutar de su Fuerte Rojo, la Mezquita de Jama (la más grande de la India), explorar las modernas tiendas y dar un paseo por sus plazas en las que danzantes entretienen a la muchedumbre mientras los adivinos te predicen el futuro. Si durante el día has pasado mucho calor, pronto llega la tarde y empieza a refrescar. Con esta temperatura podremos degustar cualquiera de las muchas combinaciones gastronómicas en uno de los restaurantes de la ciudad mientas escuchamos las melodías del sitar y la vina. Si quieres continuar el viaje hacia otro punto lo puedes hacer puesto que desde Delhi salen trenes hacia otras regiones con bastante frecuencia.
Otra maravilla para disfrutar en el norte es "El triángulo de oro". En esta región se encuentra el Taj Mahal, famoso símbolo de la India ante los ojos de todo el mundo, y también se puede continuar el viaje hacia la antigua ciudad fantasma de Fatehpur Sikri y la exótica ciudad rosa de Jaipur, en Rajasthan. En el Taj Mahal, casi con toda seguridad, te sentirás muy conmovida ante una bella historia de amor. Este edificio fue construido por el amor a una mujer. Dentro se halla el Fuerte Rojo, donde el romántico emperador que lo construyó fue encarcelado por su propio hijo y es posible visitar la habitación donde murió. Desde aquí, el camino nos lleva a Fatehpur Sikri. Los gloriosos palacios y patios mogoles evocan sueños del pasado, sueños de una época dorada, de tragedia y de amor, de harenes, de bellas esposas, de emperadores poderosos, profecías mágicas y potentes hechizos.

Al suroeste de Delhi, en el estado de Madhya Pradesh, se encuentran los templos de Khajuraho donde, con enormes frisos y enormes figuras humanas, se muestra el arte del amor. En ningún otro lugar del mundo se exaltan tan bien los sentimientos y la naturaleza sensual del ser humano.

Udaipur: la magia de los lagos
Más adelante te puedes aventurar hacia la región de Rajasthan de exótica fantasía y poblada durante siglos por los rajputs, una raza de guerreros honrados y valientes que lucharon hasta la muerte por proteger sus tierras. Las fortalezas muestran las cicatrices de la guerra. Puedes alojarte en un palacio de cuentos de hadas a orillas de los hermosos lagos de Udaipur. Desde aquí, la fantasía de "Las mil y una noches" llega hasta el mágico Jaisalmer, una ciudad dorada donde cada edificio irradia el calor del sol. También puedes disfrutar de la majestuosidad de un tigre visto desde la lejanía, montar en camello por el desierto u observar la inmensidad del desierto.

En el norte no podemos, cuanto menos, dejar de visitar y palpar las aguas del Ganges que, según la fe popular, purifica el alma al bañarse en él. En sus orillas podemos disfrutar contemplando numerosas ciudades como Varanasi, Allahabad, Rishikesh y Hardwar. Mezclarse entre las multitudes es una de las experiencias que se pueden vivir en la India. Produce inspiración el ver cómo una de las regiones más antiguas del mundo sigue teniendo tanta viveza y creyentes apasionados. En estas ciudades se pueden observar ceremonias de ofrendas, podemos escuchar himnos y podemos sentir el olor a incienso que sale de los templos.

Otra de las curiosidades del norte son los Himalayas. Son unas casas flotantes construidas en medio de algunos lagos. Estas bellas casas se pueden disfrutar en Cachemira, una fresca ciudad con un verde exuberante. Una se puede relajar en el balcón de uno de los hermosos hoteles de las montañas respirando aire puro y contemplar cómo cae el río en cascada por las montañas. Los antiguos emperadores se dedicaron, con todo su esfuerzo a crear en Cachemira un "paraíso en la tierra". Más tarde fueron los ingleses los que popularizaron las casas flotantes en los tranquilos lagos. Muchas personas hacen excursiones hasta estas casas y allí descansan. Al norte de Shimala se encuentra el valle de Kulu, con magníficos bosques, caudalosos ríos y paseos alfombrados de flores. Hay muchas maravillas, mucho que sentir y que ver. Aquí todo es exótico y desconocido.

En Khajuraho se encuentran las más puras expresiones de arte de la India medieval. Desde allí hay vuelos diarios a Delhi, Agra y Varanasi. Hay servicio de autobuses de líneas regulares desde las estaciones de ferrocarril más próximas. Se pueden alquilar taxis, autobuses o bicicletas a motor.

Para la deportista el norte ofrece una gran variedad de recursos al aire libre; caminatas, montañismo, esquí, navegación a vela, deslizamiento aéreo, pesca y golf. Lo espectacular se centra alrededor de los 2.400 Km de espectaculares tierras altas de Himalaya, vetadas de árboles floridos y de flores silvestres. Esta cordillera resguarda a los sólidos y pequeños caseríos, muchos de ellos puntos de partida para rutas que se adentran en el corazón de la montaña. Hay buenos arranques desde Himachal Pradesh y Cachemira. En la región central encontraremos lugares como Mussoorie, Ranikhet y Almora en Uttar Pradesh. Para el enamorado del esquí, Gulmar y Kufri están dotadas de algunas de las más divertidas laderas del mundo. El trekking también es otra opción que ofrece excelentes oportunidades en los Himalayas. Existen algunas rutas que son sencillas y muy populares, y otras que son más difíciles y están aún sin explorar.

Compras
La artesanía india, transmitida de padres a hijos en las diversas comarcas, tiene locales en cada localidad. La artesanía mezcla técnicas antiguas con estéticas modernas dando como productos sedas, alfombras y joyas. La seda ha gozado siempre de gran renombre desde que los primeros europeos se aventuraron con los barcos por África para hacer el recorrido a las Indias y gozar de exquisitas especias y sedas naturales. El valor de sus manufacturas supera al coste. En los mercados puedes divertirte regateando en los bazares o comprando a buenos precios en los emporios del Gobierno.

La seda más importante es la de Varanasi y Kanchipuram. El 90% de la seda se produce en el sur y es de máxima calidad, con bordados en oro y con el mejor precio. Se hacen telas de Mysore. Las de mayor y más brillante colorido se hacen en Rajasthan. También hay sedas o mezclas de algodón y seda por todo el país. La lana de Cachemira es famosa en el mundo entero por sus chales de pashimina y exquisitos shahtush. En lo que respecta a alfombras, Cachemira tiene una larga tradición en tapicería con alfombras de lana y tapices de seda de exquisita fabricación. La vestimenta está hecha a medida, con brocados y telas de plata y lentejuelas.

En joyería, se pueden encontrar grandes adornos de plata, filigranas de crissa, cinturones a mano trabajados con oro de Kerala, Tamie y Nadu. También nos asombraremos con la enorme variedad de piedras preciosas y semipreciosas y artesanías hechas de cuero o piezas de alabastro, que en cada región tienen sus particularidades y sus materiales base. Hay otras compras que no se pueden despreciar en la India, como es el caso de las especias, el té, el perfume o los jabones, que han hecho famosa a la India durante siglos y que ha hecho que sea conocida como el país de los olores y los sabores. Un dato importante para el viajero, y que no debe olvidar, es que los objetos con más de 100 años de antigüedad no se pueden exportar.

Una aventura gastronómica
Ese olor especial de la India no se debe sólo a sus jazmines, a las rosas frescas o al sándalo (árbol cuya madera se caracteriza por su excelente aroma), sino que también proviene del aroma de sus especias, muy importantes para toda su gastronomía y para poder cocinar sus más ricas salsas.

El cocinero indio tiene más de veinticinco especias molidas con las que preparar las mesalas, que también poseen propiedades medicinales. Los platos de verdura y carne son excelentes. Está el Rogan Josh (cordero al curry), el Gustaba (albóndigas con especias en yogur) y el delicioso Biryani (pollo o cordero con arroz, con sabor a naranja, sazonado con azúcar y agua de rosas). La siempre popular cocina Tanduri y los Kababs son especialidades del norte.

Los principales dulces son el Kulfi (típico helado indio), las Rasgullas (bolsas de crema de queso con sabor a agua de rosas), Gulan Jamuns (harina y leche con jarabe azucarado) y Jalebi (frituras de lentejas bañadas en caramelo). Además, hay mucha abundancia de frutas tropicales. También hay un sinfín de aperitivos en cada esquina; samosas, friturias, dosas y vada. Los refrescos también abundan, siendo el más típico el mimbu pani (refresco de limón) y el agua de coco.

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