lunes, 7 de enero de 2008

Viajar a Tailandia, la mirada de Oriente

Si por algo se distingue Tailandia es por sus numerosos encantos, sus gentes y su inmensa cultura. Tanto es así, que ha sido considerado como el país más alegre y exótico de todo el continente asiático.


Tailandia es un país de bellos paisajes y de grandes riquezas ecológicas, como atestiguan los más de 17.000 Km cuadrados que ocupan sus 58 parques naturales que se extienden de Norte a Sur por todo el país. Todos ellos mantienen fáciles accesos y una dotación de servicios envidiable. Entre los más importantes sobresalen Mae Ping o Phu Hin Rongkla, en el Norte; Erawan o Si Nakkharin en la región central; Kaeng Tana o Phu Kradung en el Noreste; Mu Ko Chang o Khao Laem Ya Kob Samet en la costa este y Khao Sam Roi Yot o Similan en el Sur.
Es Tailandia un país tranquilo, sosegado y consciente de sus enormes posibilidades turísticas. El amante de la Naturaleza tiene aquí, más que en otro lugar, un paraíso en el corazón de Oriente donde puede disfrutar de la gran cantidad y variedad de amplios espacios naturales, vírgenes, salvajes, agrestes y, en algunos casos, inhóspitos e intransitados. Pero no sólo eso. Aquellos que aman la playa y el turismo de masas se pueden encontrar abundantes espacios para disfrutar del buen clima y de las aguas cristalinas de sus costas. En Tailandia, el turismo, el sol, la playa, la costa, la montaña, la gastronomía, la hospitalidad de sus gentes, el folclore y la artesanía forjan un sello propio que la diferencia del resto del continente asiático y le imprime un carácter definido convirtiéndola en el paraíso tropical más singular del lejano Oriente.

En el Levante, a tan sólo tres horas en coche desde Bangkok, se encuentran las localidades costeras de Cha-Am y Hua-Hin que poseen las condiciones ideales para pasar unos días de vacaciones con todos los ingredientes necesarios para garantizar una estancia inolvidable. A pocos kilómetros de Cha-Am se encuentra la bella localidad de Phetchaburi, hoy capital de provincia, ciudad histórica y centro de producción artística del período Ayutthaya. En Hua-Hin se puede visitar el llamado palacio de verano Klai Kangwon del rey Rama VII, que consiguió atraer al turismo de elite de la sociedad tailandesa. Otra de sus peculiaridades es que en su núcleo histórico se realiza un espectacular mercado nocturno que congrega a un gran número de visitantes de todas las regiones vecinas.

La costa este de Tailandia se extiende a lo largo de 500 kilómetros desde la desembocadura del río Chao Phraya hasta la frontera con Camboya. Mantiene una oferta hotelera de singular relevancia al servicio del turista durante todo el año. Su playa más visitada es la de Pattaya aunque existen otras no menos interesantes como la de Rayong, Ko Samet y el archipiélago de Ko Chang. Otro de los valores añadidos de esta zona este del país es su gran proximidad a la capital, lo que la convierte en un destino preferido por los visitantes. Muy próximo a Pattaya se halla el destino más atractivo para los amantes del riesgo y la aventura: las inhóspitas islas de Ko Man Nok, Ko Thai y Ko Man Wichai.

Este país asiático dispone de un clima tropical húmedo, con una temperatura media anual que oscila entre los 27 y los 30 grados centígrados, lo que permite al visitante disfrutar de unas vacaciones muy completas y de un ambiente altamente agradable en cualquier momento y en cualquier temporada del año. Conviene matizar que existe una pequeña variante de este clima tropical, llamado de monzón, en la parte sur del país cuya temperatura media diurna oscila entre 28º y 34 grados, aunque en Phuket suelen alcanzarse fácilmente los 30 grados. Al norte en cambio, la media diurna es de 23-28 grados y la nocturna 11-16 grados, según la época del año.

La noche se vive con especial intensidad en Pattaya Sur, conocido popularmente como La Franja. Más al norte se halla la localidad de Bang Saen que, además de con una excelente playa, cuenta con un acuario de dimensiones considerables. Próximo a éste se encuentra el parque acuático Mundo Oceánico y muy cerca se puede visitar el zoo abierto de Khao Khieo, donde numerosas especies de animales salvajes se desarrollan en su hábitat natural. Al sur está Rayong y más hacia el sureste se hallan las provincias de Chathaburi y Trat. La primera se conoce como la "provincia jardín" por su exuberante vegetación y su potencial colorido. Por último, se encuentra Ko Chang que es la isla más grande de Tailandia después de Phuket en la que los apasionados de la Naturaleza podrán contemplar un paisaje idílico además de disfrutar de una paz sobrecogedora.

La costa suroeste de Tailandia está considerada como un auténtico vergel y paraíso tropical de Tailandia. Sus blancas playas son de fina arena y están bañadas por las aguas del mar de Andamán. Si Pattaya es la joya de la costa este, Phuket es conocida como la "perla del sur". Su belleza es indescriptible. Se encuentra a tan sólo una hora de vuelo desde Bangkok y a 20 kilómetros se hallan las islas gemelas de Phi Phi, permanentemente conectadas por ferry con Phuket y en las que se esconden bellezas naturales difíciles de escapar a la memoria del viajero. Más al sureste se halla Krabi, donde las costas forman multitud de calas, bahías de complicado acceso y otros accidentes geográficos de una singular belleza. Otro de los lugares de visita recomendada es el Parque Nacional de Khao Phrthaew, donde se puede admirar la última jungla virgen de Phuket.

Otra de las grandes cualidades de este país asiático es su abundante, exótica y singular cocina thai que ofrece una amplia gama de posibilidades, desde los puestos callejeros con precios irrisorios hasta los restaurantes más refinados. Tailandia es todo un paraíso para los gourmets. En estas tierras se pueden encontrar en torno a mil diferentes salsas propias del país. Sobresale el delicioso Ped Dang (asado con jenjibre) o los no menos sabrosos Khao Mangal (pollo al vapor) o el Sukijakithai, combinado de diversas carnes y pescados. Aún así, es justo prevenir al viajero y advertirle de que se encuentra ante una cocina bien especiada y con abundancia de salsas y complementos picantes que pueden hacer las delicias de los estómagos más atrevidos, pero no así las de los más inexpertos, que pueden pagar cara su osadía. Esto, sin embargo, no debe preocupar a los que no aman estos sabores ya que es posible, a precio razonable, degustar cocina china auténtica en los numerosos restaurantes que existen por todo el país.

Si deseamos realizar compras con la intención de guardar un buen recuerdo de nuestro paso por el edén de Oriente, conviene comprar productos típicos como sombrillas, cerámica, lacas, sedas, artesanía de madera, artículos de imitación e, incluso, joyas. La exportación de imágenes de Buda y objetos religiosos está restringida, precisándose licencia especial para ello.

Bangkok
Es también conocida como "la ciudad de los ángeles". Se encuentra emplazada a orillas del río Chao Phraya, cerca del golfo de Tailandia. En el interior de la ciudad el viajero puede adivinar el esmerado cuidado de sus habitantes por preservar con tesón el pasado más remoto de este histórico país asiático. Entre sus calles se puede comprobar con deleite la mágica conjunción que existe entre las construcciones típicas de la zona como son los "bots" de madera o santuarios decorados profusamente con relieves de cuernos de buey (imagen de dioses serpientes) y las altivas construcciones modernas. Todo ello sin distorsionar el mítico entorno que la circunda. Para el amante del arte conviene visitar los numerosos templos y palacios que se hallan por doquier. Destacan los mausoleos o "prasats" que están destinados a albergar la sepultura de santos budistas o de reyes. Sobresalen los templos de Vat Ben Chambopit (Templo de Mármol) construido por el rey Rama V; el Wat Arun y el Phrabat, con una enorme estatua del dios Buda. En el Museo Nacional de Bangkok se guardan los restos de las antiguas culturas locales para aquellos que sienten inquietud por la historia de otros pueblos y civilizaciones. Entre los restos se encuentran testimonios de lo que fuera antaño la capital, Ayuthya. Otra de las peculiaridades que destaca en Bangkok es la celebración del ancestral mercado flotante de Damnoen Saduk, placer curioso, extraño y absolutamente novedoso para el visitante occidental. Desde las barcas del río se distribuye todo tipo de comida, además de pequeñas muestras de artesanía propia del país y otros productos típicos del lugar.

Chiang Mai
En la parte central de la zona norte del país se encuentra Chiang Mai, a orillas del mítico río Ping. Es esta ciudad tailandesa un flujo constante de viajeros que se nutren de una importante oferta turística abastecida por una tupida red de hoteles. Quienes aprecien el arte encontrarán en Chiang Mai una ciudad que ha sabido custodiar con esmero todo su patrimonio monumental, resistiendo el inexorable paso del tiempo. Además de los numerosos templos budistas que se reparten a lo largo de todo su perímetro se halla el desafiante Wat Prathat Doi Suthep, cuya imagen, como suspendida en lo alto de la montaña, difícilmente dejará impasible al visitante. Otro de sus monumentos más emblemáticos es el denominado Palacio Phuphing, residencia de invierno de la Familia Real. Para disfrutar de una desbordante Naturaleza y lugares recónditos, el viajero debe visitar el Parque Nacional Doi Inthanon en el que se halla el pico más alto de Tailandia, con sus 2.565 metros de altitud. En su interior descubrirá el visitante multitud de especies endémicas de gran belleza plástica como la popular orquídea salvaje.

Las tribus del Norte
Si queremos realizar una excursión a la exuberante zona norte del país es necesario proveerse del transporte habitual de los tailandeses: el elefante. Aún así existe también la posibilidad de alquilar un "jeep" para realizar la travesía hacia el inhóspito norte tailandés. Para los más atrevidos se aconseja el trayecto en balsa a lo largo del río, aguas abajo. El norte geográfico de Tailandia se distingue por su organización tribal. Existen siete grandes tribus que mantienen su propia cultura, lengua y tradiciones de una forma feroz. Son los llamados Karen, Meo, Aja, Lahu, Lawa, Lisu y Yao. A pesar de las notables diferencias existentes entre estas tribus, la más sorprendente de todas es la forma de vestir, que en todos los casos es autóctona y depende en gran medida del gusto de sus mujeres a la hora de confeccionar todo el vestuario de la tribu. Aún así, hay algo que les relaciona y es la abundancia de bordados, tejidos exóticos y numerosos complementos de adorno, como joyas de plata y otros metales preciados.

Una de las ciudades más importantes del norte tailandés es Chiang Rai, capital de la provincia más septentrional del país. En estos parajes se halla el famoso Triángulo de Oro. Desde la cima de Doi Mae Salong y Doi Tung se pueden obtener unas vistas inigualables de la zona del Mekong, Laos y las montañas de Myanmar. Si todavía queremos permanecer en esta histórica ciudad tailandesa es harto recomendable visitar el templo Wat Phra Kaew en el que se contaba con la imagen de Buda más venerada de todo el país, el Buda Esmeralda, que actualmente se conserva en Bangkok, como una reliquia sagrada. Otros monumentos emblemáticos de Chiang Rai están dedicados a la gloria del rey Mengrai, fundador de la ciudad, varios templos budistas y el palacio de Doi Tung.

Otra gran ciudad de la parte septentrional del país es Sukhotai, fundada en torno al siglo XIII, que alcanzó el rango de primera capital tailandesa y cuyos restos se guardan en el Parque Histórico de Sukhotai, atestiguando con ello el nacimiento de la nacionalidad thai. Quedarían por visitar otras importantes ciudades tailandesas como Phitasanulok, con una notable oferta turística, y Mae Hong Son que se encuentra encajada entre montañas con unos paisajes dignos de contemplación y en cuyos alrededores habitan etnias como las célebres mujeres-jirafa.

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