Viajar a Escaló: un turismo de deporte y cultura

En el Valle d´Aneu provincia de Lleida, se encuentra el municipio de Escaló, un valle situado en las estribaciones de los Pirineos, en la comarca del Pallars Sobirá.

El curso fluvial del Noguera Pallaresa es el eje que delimita la serie de valles que conforman esta comarca. En este Valle d´Aneu se encuentran las poblaciones de Escaló, Esterri d´Aneu, Valencia d´Aneu y Ghingueta. Todos ellos forman un solo municipio con entidad jurídica en Esterri d´Áneu.
En la Edad Media, la zona se vio envuelta en turbulentos conflictos. El condado de Pallars era un obstáculo para las actividades unificadoras de la corona de Aragón y consideraba a Escaló como el centro defensivo del Valle d´Aneu. Un lugar casi inexpugnable por su orografía... Estas condiciones favorecieron la construcción del Castillo de Sant Just D´Escart, en una orilla del río y, en la otra, las fortalezas de Berros y el castillo de Laborre: la torre vigía de Escaló comunicaba con la de Burg y Torrasa, completaba la defensa junto con los castillos de Valencia y las torres de Arreu y Port d´Arán.

Las casas de la villa forman un pintoresco conjunto, debido al uso frecuente de la piedra tallada generalmente en forma de bloques de sillares con mampostería de lajas de pizarra de color muy oscuro, las cubiertas de las casas son de pizarra a dos aguas, dando una sensación de solidez y austeridad.

Al cruzar el río nos encontramos con una pequeña plaza donde se ubica la iglesia parroquial de Santa Elena, con un alto y elegante chapitel de pizarra. Al recinto amurallado se accede por una puerta que alberga los edificios más modernos, la puerta de la muralla posee el arco apuntado típicamente gótico. La calle Mayor es un auténtico resumen del románico-gótico, con mezcla de arcos de medio punto, y diferentes alturas, formando un conjunto de soportales muy original que soportan el pajar o el granero de la vivienda.

La zona es para un tipo de turismo especial, aquel que disfruta al pasear por calles que rezuman historia y costumbre, su encanto medieval todavía está intacto, a pesar de las innumerables estaciones de esquí que convocan a mucha gente que suele visitar los valles al tiempo que disfruta de su deporte favorito. Un turismo de deporte y cultura.