domingo, 6 de enero de 2008

Viajar a las Islas Jónicas, la patria de Ulises

Las islas Jónicas, situadas al oeste de Grecia, constituyen una región administrativa y se esparcen por el mar Jónico y Mediterráneo. Las más importantes son Cefalonia, Corfú e Ítaca, patria de Ulises. Son montañosas en la mayor parte, y su clima es cálido teniendo muchas cosas en común con la España Mediterránea. La vid, los olivos y las montañas son el paisaje de continuo que se puede ver en esta isla, aparte del mar y muchos otros atractivos culturales.


Colonizadas en un principio por los Griegos, las islas Jónicas formaron parte posteriormente del Imperio romano y del bizantino. Más tarde fueron dominadas parcial o íntegramente por diversas naciones extranjeras. Estuvieron bajo la autoridad de la república de Venecia desde 1386 hasta ser tomadas por los franceses en 1797. En 1799 las islas se repartieron entre Rusia y Turquía. De 1800 a 1807, el grupo de islas formó un Estado independiente. En 1807 las islas fueron devueltas a los franceses que las gobernaron hasta 1814, año en que se convirtieron en un protectorado británico. El control británico duró hasta 1864, fecha de la reincorporación de las islas a Grecia.
Cefalonia
Es la isla más grande de todas las islas Jónicas. Es una isla montañosa, su pico más alto es el monte Ainos de 1.620 m. Su aspecto es bastante irregular. Las ciudades más importantes son Argostoli, capital del departamento y Lixoúrion. En esta isla sus habitantes se dedican prácticamente por entero a la artesanía y al cultivo de olivas, uva y tabaco. Formando un cinturón pegado a la península de Grecia todo este conjunto de islas constituyen una belleza sin igual y forman un cinturón delante del país griego de manera que en muchas ocasiones las islas han protegido a Atenas de ataques externos y en otras tantas las mismas islas han atacado y hecho frente a la capital. Hoy muchos de esos grandes pueblos que casi lograron doblegar a Atenas, como Esparta, se han convertido en pueblecillos de pocos habitantes olvidados en muchas ocasiones para la mayoría de personas.

Corfú
Otra de las Islas Jónicas situadas más al sur que Cefalonia es Corfú. Situada al noroeste de Grecia, constituye la más septentrional de las islas Jónicas, tiene una superficie de 593 Km2 y un estrecho canal la separa del continente. Con las pequeñas islas de Paxoí y Antipaxos, forma el nomo (departamento) de Kérkira, cuya capital y población más grande es Kérkira, ciudad portuaria situada en la costa y que constituye para el viajero el más importante centro comercial y turístico de la isla. La parte septentrional de la isla es montañosa, disminuyendo el relieve hasta llegar a la parte meridional que es baja y bastante nivelada. La isla tiene un buen suministro de agua y los suelos son fértiles. Los principales productos son, como en el resto de islas, aceite de oliva, cítricos, higos y tejidos.

Corfú además reluce por sus bellas, azules y limpias aguas y constituye para los pescadores un paraíso natural. Es posible alquilar una barca y bordear toda la costa, el viajero podrá observar las numerosas y pequeñas islas no habitadas, pero con una riquísima fauna. Por último, recordaros que una de las visitas recomendadas en Corfú es la del santuario de Blachernes.

Ítaca
Ítaca es la más legendaria de las islas Jónicas, es la patria de Ulises, el gran héroe al que se refiere Homero en su obra la Odisea. Situada al oeste de Grecia, su extensión es de 96 Km2, y pese a ser una isla pequeña tiene un puerto importante. Pero los encantos de Ítaca se encuentran en el interior, con importantes y ricos yacimientos arqueológicos. En 1953, un terremoto causó grandes daños pero hoy se encuentra totalmente restaurada.

Belleza en el pasado y en el presente
El viajero que decida realizar una escapada a las islas Jónicas debe saber que el clima que estas poseen es prácticamente igual al del Mediterráneo español, aunque en verano soplan vientos cálidos que llegan a ser sofocantes en algunas ocasiones. De este modo los mejores meses para realizar un viaje son abril, mayo o junio.

Si el viajero se acerca a las islas Jónicas buscando un atractivo ruidoso y agitado no lo va a encontrar ya que éstas son un lugar perfecto donde relajarse disfrutando y reflexionando como los grandes filósofos de la época clásica. Cuna de la civilización mediterránea y parte de la europea, la cultura que en las islas Jónicas y sus alrededores se fraguó es parte activa de un esplendor que el visitante podrá palpar en cada roca de las que forman sus montañas. La influencia del mar Jónico y de todas las islas que la rodean fue de tal magnitud que incluso se puso su nombre a uno de los estilos del arte clásico, el estilo jónico, del que todas estas islas están plagados.

Las islas Jónicas constituyen un turismo de sol, arena y playa, pero también un turismo cultural. En las playas de todas estas islas se puede practicar cualquier deporte acuático como: submarinismo, en el que se pueden ver maravillas debajo de las azules playas peces, corales y plantas acuáticas. Tomar una moto acuática e ir a las numerosas islas que pueblan el entorno del Jónico y una vez allí tomar todos los atavíos de buceo para disfrutar debajo de esas espectaculares islas montañosas de bancos de peces, ramajes coloridos, estrellas, caballitos y diminutos animales del mar. Después se puede tranquilamente practicar la pesca y una vez llegado a tierra firme saborear y cocinar ese pescado. Pero además de todas estas aventuras marinas es imprescindible que visitemos todos los monumentos y centros culturales que la rica cultura jónica nos muestra, y que en definitiva es también la de nuestros antepasados ya que se extendió, hace ya muchos siglos, por Europa y el Mediterráneo.

0 comentarios:

Design konnio.com

eXTReMe Tracker